Pablo Jair Ortega
Ahora se azotan, se envuelven en la bandera y buscan el momento para aventarse desde la parte más alta de la catedral de Xalapa…
“¡Pero cómo un rector de la UV va a darle un reconocimiento público a Cuitláhuac! ¡Es una ignominia!”…
“¡Catastrofa, catastrofa”, gritaría Golub, el líder de la orquesta del “Underground” de Emir Kusturica.
Ahora resulta que está mal, cuando regularmente, desde siempre, los rectores de la UV se toman la foto, agradecen, dan apapachos al gobernador en turno.
Hasta Honoris Causa les han dado como una manera de cromarlos hasta el cansancio.
No es nada nuevo, pues, la postura de la UV respecto al inquilino de Palacio de Gobierno.
Por ejemplo, quien no cabía de gusto por no sólo haber hundido a Duarte sino porque le esperaban mejores años frente a la UV, fue a la yunista de closet (hoy ya abiertamente al servicio de ese clan) Sara Ladrón de Guevara.
Con ella, su amiguísima Clementina Guerrero, la famosa “Tula”, quien fue la primera secretaria de Finanzas del miniYunato de dos años, hoy prófuga de la justicia por corrupción luego de su paso fallido por el Ayuntamiento de Xalapa.
Hoy Sarita ya es candidata al Senado, con pocas posibilidades de llegar, pero alguien tiene que hacer comparsa al clan.
Anyway, estos mártires del azote criticaron que al gober Cuitláhuac se le haya entregado un reconocimiento por parte del rector Martincillo Aguilar por haber participado en el equipo que inventó un aparato llamado “Tribómetro electrohidráulico”, mismo que está patentado con el número MX/a/2015/000685 en el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial.
Pero seguramente muchos no dijeron ni pío cuando Sarita hizo lo mismo cuando entregó el 19 de febrero de 2019 un reconocimiento a Cuitláhuac García Jiménez como académico (ya siendo gobernador) de la Facultad de Ingeniería Mecánica Eléctrica.
“¡Catastrofa, catastrofa!”… Sarita también hizo lo mismo, so, no se azoten tan feo.
