Por Luis Humberto Tejeda Taibo
En Veracruz estamos próximos a una elección por la gobernatura este 2024, que enfrentará a Morena y su coordinadora Rocío Nahle, contra la oposición que encabeza Pepe Yunes.
Las huestes morenistas están conformadas por ricos que creen, en la justicia social; clase medieros, qué asumen la necesidad de cerrar la brecha entre los que tienen y los que no; y pobres, hoy empoderados en derechos y oportunidades y que históricamente habían sido olvidados por los gobiernos del Estado de Veracruz.
No olvidemos que ya hubo una alternancia en este estado y que la base de que se haya dado es el hecho de que el PAN desnudó a las administraciónes priístas que le precedieron como causantes de la inseguridad, la corrupción y las desgracias para el pueblo veracruzano.
Hoy, por inverosímil e increíble que sea, van juntos en esta contienda para competirle al oficialismo.
Las encuestas señalan una amplia ventaja para la coordinadora Rocío Nahle; por ello los ataques sin vergüenza, sin piedad o misericordia mediáticos contra ella y estos se intensificarán, cargados de veneno y odio.
El mantra aquel de “Vamos a rescatar a Veracruz” se multiplicará a diestra y siniestra; la amenaza de abolir los programas sociales para repartirlos entre los organismos sociales está más vigente que nunca; el pueblo debe tener sus ojos bien abiertos para evitar esto.
No se trata de luchas entre buenos y malos, si no entre quien desea que al pueblo le vaya bien y quiénes quieren recuperar los privilegios perdidos.
Ten presente: el PRI es una delincuencia electoral organizada y hoy más peligrosa que nunca; se dijo antes en la prensa y hoy se repite.
Es cuánto.