
El estilo del presidente Donald Trump es la del “calambre”. La de “espantar con el petate del muerto” con discursos incendiarios, que recaen en el racismo, el clasismo, la mentira. Discursos que ironizan con violencia.
La actitud soberbia de Trump tiene un respaldo muy sencillo: confía en el miedo que le tienen al poderío militar de Estados Unidos. No por nada se han acercado barcos y aeronaves a suelo mexicano, por mucho que digan que se trata de territorio internacional.
Con esa actitud, Trump ha logrado que México se aplique y actúe en consecuencia a sus intereses.
Los hechos ahí están: están reforzando la frontera para evitar el paso de migrantes; como nunca se han visto detenciones, operativos, aseguramientos (en Veracruz, por ejemplo, a la Fiscalía General del Estado se le ha visto muy activa en operativos donde aseguran hasta maquinaria de construcción), y una de las tantas cerezas para el pastel fue la expulsión del país de 29 delincuentes de peso pesado que ahora están bajo la justicia estadounidense, a un paso de la cadena perpetua en el gabacho: el peor castigo que puede recibir un narco.
También el anuncio de contrabando chino detenido en aduanas, es otra muestra. Ya se verá si este tipo de operativos se incrementan en los próximos días.
El anuncio de los aranceles, aunque pospuesto para México (y aunque lo nieguen) sí puso a temblar al país. No por nada se intensificaron las tareas de seguridad y se entregaron a los 29 criminales reclamados por Estados Unidos, lo que nos hizo ganar un mes de tiempo.
Y así será y así nos van a traer. A pan y… agua.
Pero el asunto es diferente con Canadá.
Familiares y amigos me dicen que la vida es muy distinta allá: hay mucha seguridad, menos locos como en el gabacho; se siente más tranquilo.
El documental “Bowling For Columbine”, del cineasta Michael Moore, retrata precisamente esta parte: que siendo Canadá un país con muchas armas y una cultura de la caza de animales, no está tan desquiciado como Estados Unidos y sus tiroteos.
La otra parte es que los “calambres” que quiera hacerle Trump a Canadá quizás no los espanten para nada. Basta recordar que son parte del Reino Unido, que su gobernante es el Rey de Inglaterra, Carlos III, y que difícilmente Trump va a sacudir a otra de las potencias militares más sofisticadas del mundo.
Sí, Canadá es territorio británico, miembro de la Mancomunidad de Naciones (conocida como Commonwealth). Francia también tiene intereses en ese país.
Es decir, Trump no se estaría peleando con un país al que quiere minimizar como “El Estado 51”, sino con una buena parte de intereses europeos asentados en continente americano.
Y en esa guerra que se trae con los aranceles, el presidente de Estados Unidos duplicó éstos al acero y el aluminio de Canadá de 25% a 50% a partir de este miércoles, luego de que los canadienses se la aplicaron a Trump al subirle el costo de la energía eléctrica a tres estados de EE.UU.
Además, el “güero pelos de elote” también amenazó con más aranceles para cerrar el negocio de fabricación de automóviles en Canadá.
Uno no es experto en finanzas, pero según lo que se ha leído en periódicos especializados, a la bolsa de valores de Estados Unidos no le ha ido bien en las últimas horas y lo atribuyen a que Trump sigue empecinado en pelearse con todo mundo, lo que origina desconfianza de los inversores, industriales y empresarios gringos.
Uno de estos afectados, por ejemplo, es su “compa” Elon Musk, cuya empresa Tesla ha ido perdiendo valor.
En este tenor, también leemos una nota de El Financiero sobre que los más ricos y millonarios de Estados Unidos han estado perdiendo mucho dinero.
“El inicio del segundo mandato de Trump ha supuesto un cambio sorprendente para muchos de los multimillonarios que se sientan detrás de Trump en la Rotonda del Capitolio: cinco de ellos han perdido un total de 209 mil millones de dólares en riqueza, según el Índice de multimillonarios de Bloomberg”.
Se tratan de Sergey Brin (Google, Alphabet); Bernard Arnault (Louis Vuitton, Bulgari); Elon Musk (Tesla, Starlink); Jeff Bezos (Amazon) y Mark Zuckerberg (Meta, Facebook).
El analista Ernesto O’Farrill también lo explica en su columna Perspectiva Bursamétrica: “Después de una primera semana de euforia, los mercados financieros han presentado una fuerte corrección durante las últimas cuatro semanas. Si las tendencias de los precios son un reflejo de las percepciones y de las expectativas de miles o millones de participantes, podríamos concluir que con el regreso de Trump, a la oficina oval, con sus cambiantes declaraciones y sus disparatadas órdenes ejecutivas, está provocando un creciente desencanto entre los ciudadanos norteamericanos, con una enorme incertidumbre en todo el mundo, lo que se confirma también en las encuestas de popularidad recientes, que muestran el porcentaje de aprobación más bajo en la historia para un nuevo presidente, solo logrado por él mismo durante los primeros días de su primer mandato”.
Y es que quizás, como los “bullys”, los bravucones de la primaria y secundaria, es más fácil meterse con el rival más débil y que menos se puede defender.
Con los chinos, con los rusos y los británicos, seguramente Trump cambiará su discurso cuando vea que no les espantan sus amenazas. El que tiene que aguantar vara es México, pues dependemos mucho de los “yunaites” y el loco que los gobierna.