Por Elena Córdova Molina

Imaginen que los detienen en un retén. Sin pruebas claras, los acusan de algo que no hicieron y los encarcelan. Sin un abogado que los defienda, pueden pasar años en prisión antes de que un juez determine si son culpables o inocentes. Así funciona la Prisión Preventiva Oficiosa: no respeta la presunción de inocencia y afecta principalmente a quienes no tienen recursos para pagar una defensa adecuada.

El pasado 31 de diciembre, se reformó el artículo 19 de la Constitución para ampliar los delitos que ameritan prisión preventiva oficiosa. Esto significa que cualquier persona acusada de ciertos delitos irá directamente a la cárcel, esperando una sentencia que puede tardar años en llegar.

En México, casi la mitad de las personas en prisión no tienen una sentencia condenatoria. Hablamos de más de 93,000 personas encerradas sin pruebas suficientes, muchas de ellas mujeres, indígenas o personas que no tienen recursos para pagar un buen abogado. Las cárceles, lejos de ser centros de reinserción social, se convierten en escuelas para la delincuencia, agravando la situación de quienes ni siquiera han sido declarados culpables.

La Prisión Preventiva Oficiosa viola los derechos humanos porque parte de la presunción de culpabilidad. México ha sido condenado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en los casos Tzompaxtle y Tepictle y García Rodríguez y Reyes Alpízar, que exigieron eliminar esta práctica. Sin embargo, contradictoriamente, ahora se amplía su alcance.

Hace unas semanas, voté en contra de esta reforma en el Congreso. No porque no me preocupe la seguridad, sino porque esta medida no resuelve el problema de la inseguridad y perjudica a los más vulnerables: campesinos, amas de casa, jóvenes e indígenas.

La justicia en México no es expedita ni equitativa. En lugar de ampliar medidas como esta, necesitamos un sistema de justicia que funcione, que investigue rápido y castigue con pruebas a los culpables, respetando a los inocentes.

El 2025 debe ser un año para construir soluciones reales, donde la justicia proteja, no castigue sin razones.

Por un Veracruz justo, donde se defienda a las personas con pruebas y verdad. Aquí tienes a Una Alteña legislando contigo desde el Congreso del Estado.