Por la Dip. Elena Córdova Molina
Quienes hemos nacido y crecido en Alto Lucero conocemos, de primera mano, las carencias que en materia de salud enfrenta nuestro municipio. Es una realidad que duele, indigna y exige atención inmediata. Enfermarse en Alto Lucero parece un delito, y recibir atención médica digna y de calidad se siente, muchas veces, como un sueño lejano.
En los últimos tres años, hemos sido testigos de un abandono casi total en materia de infraestructura hospitalaria y equipamiento. Nuestro Centro de Salud, el único al que muchas familias pueden acceder, carece de lo más básico: especialistas, medicamentos, mantenimiento y un quirófano funcional. Las familias enfrentan decisiones imposibles, como elegir entre comer o comprar las medicinas que necesitan.
Durante la comparecencia de la anterior Secretaria de Salud, señalé una realidad que no debería existir en pleno siglo XXI: en Alto Lucero, parir solo es posible los fines de semana. De lunes a viernes, simplemente no hay ginecólogos. Esta situación no es solo injusta, es inhumana.
No exagero al decir que el Centro de Salud con Hospitalización en la cabecera municipal está en condiciones deplorables. Pero la situación no se limita a este espacio. Los Centros de Salud, denominados como Unidades Médicas Rurales, ubicados en comunidades como Palma Sola, Mesa de Guadalupe, Blanca Espuma, La Reforma, Santa Ana y Villa Candelaria, sufren las mismas carencias. La falta de medicamentos y atención médica oportuna son una constante que afecta, sobre todo, a las mujeres, la niñez, las personas mayores y aquellas con alguna discapacidad.
La salud no puede seguir siendo un tema de discursos o buenas intenciones. Es momento de actuar. Desde mi posición como Diputada, estoy exigiendo a las autoridades correspondientes que tomen cartas en el asunto. No podemos permitir que la población siga enfrentando horas, días o incluso semanas de espera para recibir atención médica.
Hoy, aprovecho este espacio para hacer un llamado a nuestra Gobernadora, la Ingeniera Rocío Nahle García. Alto Lucero necesita una de esas camionetas con medicamentos que se han anunciado, porque nuestra gente merece que la salud llegue hasta el último rincón del municipio.
La salud es un derecho, no un privilegio. Y mi compromiso es alzar la voz, gestionar recursos y trabajar incansablemente para que ninguna persona en Alto Lucero o en cualquier parte de nuestro estado, tenga que seguir enfrentando este abandono.
Por un Alto Lucero donde la salud sea garantizada, aquí tienes Una Alteña legislando contigo desde el Congreso del Estado.