ColumnaSinNombre… PeroRapidita | CARLOS BREMER, BENEFACTOR DE VERACRUZ

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@pablojair

Este viernes, la noticia que cimbró al país fue la lamentable muerte del empresario y filántropo Carlos Bremer.

A él se le conoció a nivel Latinoamérica por el popular programa de televisión “Shark Tank”, un show donde empresarios millonetas escuchan a emprendedores que buscan convencerlos de invertir en sus proyectos. De ese grupo, Don “Charly” (como le llamaban cariñosamente) destacaba por ser el más bonachón y bromista.

Además, ahí se le conoció otra faceta: su invaluable apoyo al deporte y apuesta para ayudar a atletas mexicanos.

Y así Don Charly pasó de ser alguien sólo conocido en la élite de los billetudos magnates a ser un tipo muy simpático y sencillo querido por la banda de a pie.

Desde la llegada de la famosa 4T al poder, Don Carlos Bremer volvió a tener un papel relevante en el país (ya fuera del programa de televisión, que ahora, la neta, se ha convertido en un “churro”) al ser uno de los principales impulsores del deporte, especialmente por su gusto personal por el beisbol, pasión que compartía con el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Y sí, no se duda que haya sido de los que más haya “sableado” la CuatroTé con esas comilonas de tamales de chipilín para sacar “cooperacha” de los ricos del país para que aportaran hasta para la rifa-no-rifa del avión presidencial.

Pero Carlos Bremer, como buen gavilán, no era de los que chillaba y decía que todo pa’ adelante. Para él era más importante apostarle al país más allá de filias y fobias políticas.

En Veracruz sorprendió cuando el 18 de mayo de 2022 llegó a Xalapa como invitado especial para reinaugurar la Estancia Garnica: el asilo de adultos mayores que –de mala leche– fue quitado al Instituto de Pensiones del Estado en el Duartismo para entregárselo a la Marina para que le sirviera como base. Así todo el periodo de Duarte y Yunes Linares, quien también usó las instalaciones para poner sus juguetes de espionaje que tanto le gustan.

Fue con el gober Cuitláhuac que se recuperaron varias propiedades del tan malherido IPE, que por años sólo fue caja chica del Gobierno del Estado. Uno de los principales donadores de la Estancia Garnica (que estrenó gimnasio, sala de estar, etc.) fue precisamente Carlos Bremer.

Allí varios tuvimos la oportunidad de saludar personalmente al “tiburón”, quien siempre se mostró muy accesible, platicador, con dotes del tío buena onda y muy chido (les juro que estuve a punto de pedirle chamba hasta de “cargamaletas”).

Ya para entonces se le notaban algunos problemas de salud, pues se trasladaba en silla de ruedas.

Carlos Bremer regresaría a territorio veracruzano (al menos públicamente en tres ocasiones) para hacer patente su interés en invertir en el deporte veracruzano: el rescate del futbol profesional que le dio en la madre el mitómano y borracho de Fidel Kuri Grajales; y para apadrinar al basquetbol también profesional.

De hecho, se sabe que Bremer sería invitado especial a la inauguración del Nido del Halcón, el estadio de basquet que se construye en Xalapa allá por la salida hacia Veracruz.

“Veracruz es el estado más sano que hay; ha tenido una serie de optimizaciones, ha reducido deuda y hasta donde yo entiendo, está bastante líquido para hacer proyectos de cualquier tipo. Yo lo veo bastante fuerte”, declararía en entrevista para las periodistas Karla Méndez y Cinthya Trinidad, quienes lo encontraron en Boca del Río en un foro económico organizado por la Secretaría de Finanzas de Veracruz.

A Don Carlos Bremer mínimo deberían ponerle un busto en la Estancia Garnica o su nombre en el Nido del Halcón. Digo, sólo como idea, porque luego a la gente se le olvidan los benefactores.

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